sábado, 24 de abril de 2010
RIQCHA’RY
INDICE
Introducción
Plan de gobierno
Política exterior soberana
Reforma Agraria
Reforma de la empresa
Reforma Bancaria
Reforma minera
Reforma de la pesquería
Reforma de la vivienda
Reforma en Transportes y comunicaciones
Reforma educativa
Imperialismo y oligarquía
Verdadera libertad de prensa
Reivindicación histórica
La farsa de la “Segunda Fase”
Visión histórica del Velasquismo
RIQCHA’RY
Riqcha’ry es una palabra quechua que significa DESPIERTA, que hemos escogido como nombre de esta publicación que busca despertar a nuestro pueblo, del largo sueño al que fue sometido por los colonialistas españoles y sus descendientes los criollos.
Será un medio educativo y cultural especialmente orientado a la divulgación de nuestra verdadera historia, que es diferente a la escrita por los interesados cronistas conquistadores. Porque mientras no recuperemos nuestra conciencia histórica y consolidemos nuestra identidad cultural andina, seguiremos manipulados y explotados.
Esta publicación nace en un momento difícil para el Perú, cuando sus mayorías son víctimas del aumento de la pobreza, producto de la corrupción más extrema en los gobernantes que se comprometieron a combatirla.
Uno de los principales medios de control y sometimiento, que usan los gruidos de poder, es la sistemática desinformación.
Esta no es más que una modesta contribución dedicada al pueblo andino y nacionalista, para que escape de las cadenas ideológicas e informativas de los grupos de poder, que se enseñorean con medios de comunicación alquilados y vendidos al servicio de los explotadores.
Riqcha’ry saldrá cada quince días, con el fin de limpiar nuestra mente de basura y mentiras, para darnos una alternativa de vida que vaya de acuerdo con lo nuestro, librándonos de ilusiones esclavizantes o sueños irrealizables que sólo chocan con nuestra dura realidad actual.
Con Riqcha’ry le daremos un nuevo impulso a este proyecto nacionalismo llamado Perú.
INTRODUCCIÓN
Cuando el 9 de octubre de 1968 el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, encabezado por el general Juan Velasco Alvarado tomó las instalaciones petroleras de Talara, la mayoría de peruanos pensaron que sólo se trataba de la justificación del reciente golpe militar. Que no habrían mayores cambios o transformaciones. Después de los dos años de la Junta Militar de Gobierno (1960-62) de Ricardo Pérez Godoy y Nicolás Lindley, sin ninguna reforma o mejora social ¿Qué se podía esperar del gobierno de Velasco Alvarado? Pero se equivocaron completamente. Mientras los militares que depusieron al presidente Manuel Prado Ugarteche, por su extracción social o falta de formación político social, sólo se limitaron a convocar el proceso electoral para el periodo 1963-68, el general Velasco Alvarado representaba a los nuevos militares peruanos. De origen humilde, fue asesorado por los oficiales formados en el Centro de Altos Estudios Militares (CAE M), donde sistematizaron su conocimiento de la realidad nacional y accedieron a corrientes políticas y sociales transformadoras.
Las reformas del Gobierno Revolucionario de Juan Velasco Alvarado no tuvieron parangón en toda la historia republicana del Perú. Hubieron militares nacionalistas y comprometidos con la realidad nacional como el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro, pero su fugaz paso por el gobierno, al ser asesinado, no le permitió cristalizar ningún cambio.
Tomando como símbolo del proceso revolucionario la imagen de Túpac Amaru II y habiendo definido al "modelo peruano" como una "democracia social de participación plena", realizó reformas jamás logradas en el Perú, anteponiendo los intereses nacionales a los de la oligarquía peruana y de las grandes empresas transnacionales, ante los ojos incrédulos de las mayorías nacionales.
Mientras el general Juan Velasco Alvarado era Comandante General del Ejército, sus colaboradores, los jóvenes coroneles Jorge Fernández Maldonado, Leonidas Rodríguez Figueroa, Rafael Hoyos y Enrique Gallegos Venero concluyeron el plan de gobierno llamado PLAN INCA, que fue corregido por el mismo general Juan Velasco y otros generales comprometidos con el proyecto revolucionario.
En este plan se precisaba el propósito de la Fuerza Armada en el gobierno, con sus objetivos y las soluciones que habría que tomar para iniciar las transformaciones que se proponían.
El mismo equipo de coroneles redactó el Estatuto del Gobierno Revolucionario y el manifiesto a la nación que leyó el general Velasco al cristalizarse el pronunciamiento militar el 3 de octubre de 1968.
POLÍTICA EXTERIOR SOBERANA
La política exterior del Perú, como la de todo país dependiente del imperialismo, tenía que ser consultada al Departamento de Estado de los Estados Unidos, organismo que decidía sobre nuestra posición exterior y relaciones internacionales.
Con el Gobierno Revolucionario, el Perú de ser un simple satélite de los Estados Unidos, no sólo empezó a tomar posiciones propias, sino que se integró al grupo de los países pobres y explotados, llamados del Tercer Mundo. Además, restableció relaciones diplomáticas con todos los países del mundo, independientemente de sus posiciones políticas, lo que significó que en los pasaportes peruanos se suprimiera el sello con la larga lista de países donde no se podía viajar.
No obstante, la medida de política exterior y comercial más importante, emanada de una clara visión geopolítica del Perú, consistió en su acercamiento con la Unión Soviética, con la que logró importantes y favorables adquisiciones de armamento y material militar, con el que superamos bélicamente al vecino del Sur.
Finalmente, el liderazgo político internacional del Perú creció, no sólo por su novedoso modelo de desarrollo, sino por la defensa de tesis internacionales, como la de las 200 millas de mar territorial.
REFORMA AGRARIA
La Reforma Agraria, fue la transformación más revolucionaria del gobierno de Juan Velasco. No sólo porque destruyó para siempre el antihistórico régimen feudal de explotación servil del hombre andino, sino porque también nacionalizó y cooperativizó las empresas agroindustriales azucareras de la costa Norte del Perú.
Las tierras agrícolas tanto de la sierra como de la costa fueron expropiadas, pagándolas a sus poseedores, gamonales y capitalistas. Mientras que el ganado fue pagado en efectivo, lo que permitió que pudieran invertir en otras ramas de la economía, como la industria. Esta Reforma Agraria, entonces, no destruyó esas clases sociales, sólo las desplazó de la producción agraria o agroindustrial a la Industria. El 24 de junio de 1969, cuando en el cementerio de Juliaca en horas de la tarde era enterrado Néstor Cáceres Velásquez, uno de los principales precursores de la Reforma Agraria, el general Velasco desde Lima, con voz ronca pero firme, promulgó la histórica ley de Reforma Agraria.
Para algunos sectores sociales, vinculados con el gamonalismo provinciano, se trató de una medida completamente injusta porque se privaba de su propiedad a los "sacrificados" hacendados del país. Sin embargo, fue una de las transformaciones más justas ejecutadas en toda la historia del Perú, ya que el origen de la propiedad de los gamonales, no es otro que el saqueo que hicieron los invasores españoles de las llamadas "tierras del inka", convirtiéndolas en haciendas de miles de Has. y acrecentadas a costa de la sistemática expropiación de las tierras de las comunidades andinas, con la complicidad del poder judicial colonial y criollo.
La lamentable equivocación de la de Reforma Agraria estuvo en introducir un modelo cooperativo extraño a la realidad comunera de los Andes. Se formaron CAP (Cooperativas Agrarias de Producción), SAIS (Sociedades Agrícolas de Interés Social) y ERPS (Empresas Rurales de Propiedad Social), que no sólo fueron manejadas, saqueadas y descapitalizadas por sus administradores criollos y mestizos corrompidos, sino que no fueron acogidas con el necesario entusiasmo y compromiso de sus asociados andinos, ajenos a su funcionamiento.
Si las tierras expropiadas a los hacendados de la sierra, se hubieran entregado a las comunidades andinas, el éxito de la Reforma Agraria hubiera sido rotundo, como exitosa es la producción de subsistencia que heroicamente resiste, hasta hoy día, en los Andes.
A pesar del descalabro de las empresas creadas por la Reforma Agraria, la desaparición de las anticuadas e injustas relaciones serviles en la sierra peruana, es un logro social sin precedentes en nuestra historia y que sólo por ello se justifica esa transformación.
La Reforma Agraria fue complementada con el inicio de grandes proyectos de irrigaciones en la costa, para ampliar nuestra frontera agrícola; como es el caso de la Irrigación Majes en Arequipa.
REFORMA EMPRESARIAL
Los ideólogos del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, conscientes de que el sistema capitalista permite la explotación del hombre por el hombre, diseñaron y ejecutaron una reforma empresarial que disminuyó esas inhumanas relaciones, implementando un sistema de participación en las utilidades y gestión de las empresas. Para ello se creó las comunidades industriales, o laborales. Por ley se estableció que los trabajadores debían adquirir hasta e149% de las acciones de las empresas en las que trabajaban. Además debían tener un porcentaje de representantes en el directorio de las empresas para participar con voz y voto en la gestión empresarial.
Y sembrando el futuro de la democracia social de participación plena, se crearon las Empresas de Propiedad Social, que en su condición de autogestionarias, conta¬ron con el apoyo técnico y financiero del estado. Los trabajadores eran los absolutos propietarios de sus empresas y las utilida¬des repartidas entre todos ellos, eliminan¬do cualquier forma de explotación huma¬na.
REFORMA BANCARIA
Como los bancos guardaban el dinero del pueblo, pero sólo lo prestaban a los ricos; su intermediación, era uno de los orígenes de las grandes desigualdades económicas. Además de las desiguales oportunidades para realizar cualquier actividad económica. A lo que se sumaba los altos intereses al préstamo de capital por los bancos comerciales, que obviamente tenían como única finalidad la de la ganancia.
Por otra parte el Banco Central de Reserva, que debía conducir la política monetaria del país, por su debilidad económica y financiera, era remplazado en sus funciones por los bancos privados, especialmente extranjeros. A lo que había que agregar que las divisas, producto de las ganancias empresariales dentro del país, se fugaban en busca de otros mercados o lugares de inversión extranacionales.
Frente a esa situación el Gobierno Revolucionario desarrolló una reforma bancaria que nacionalizó y estatizó gran parte de la banca privada, creó bancos de fomento con bajos intereses para impulsar determinadas actividades económicas, especialmente agrícolas, mineras y de la construcción.
Estableció el control de cambios, para que en el país sólo circulara la moneda nacional y otras medidas complementarias para que los dólares no salieran con facilidad al exterior.
REFORMA MINERA
La reforma minera logró que el estado controlara la producción, refinado y comercialización de los minerales, que cuando eran explotados por empresas extranjeras por el sistema de concesiones, no representaban mayores utilidades para el pueblo peruano. Expropió y nacionalizó explotaciones mineras manejadas por empresas transnacionales como la de Cerro de Pasco Corporation y la Compañía Minera Marcona Minig. Y creó una gran empresa estatal que llamó Minero Perú, la que asumió la gestión minera nacional, manejando importantes explotaciones mineras del país.
Su política petrolera, con la construcción del Oleoducto Peruano, que trajo el "oro negro" de la selva hasta la costa, no sólo superó nuestra condición de importadores de hidrocarburos, sino que pasamos a ser exportadores. Creó la sólida empresa estatal Petróleos del Perú (Petroperú), que asumió la refinación petrolera, la distribución y comercialización de combustibles y lubricantes, fomentando la producción nacional y dando ganancias al estado. Incentivó y financió la prospección minera y petrolera, especialmente en la selva peruana. Inclusive otorgando concesiones a empresas extranjeras, pero dentro de nuevas condiciones, que no sólo velaban por la soberanía nacional, sino por sus ganancias económicas, ya que en algunos casos la actividad minera debía ser mixta, con la participación obligada de las empresas estatales, para mantener el control de la actividad, además de obtener ganancias de los recursos nacionales agotables.
REFORMA DE LA PESQUERÍA
En el Perú, por nuestra gran riqueza ictiológica, se había alcanzado un crecimiento desmesurado, dando lugar a una pesca desordenada, irracional y depredadora para la producción de harina de pescado, llegando a ser los primeros productores del mundo. No obstante, la pesca extranjera por concesiones y las inversiones también foráneas succionaban nuestra riqueza marina, sin que los peruanos alcanzáramos los suficientes beneficios de ella.
Se creó el ministerio de pesquería para dirigir y orientar al sector y crear los organismos necesarios para la producción y comercialización, tanto de la harina de pescado como de la pesca de consumo humano, que a pesar de nuestra riqueza, era desaprovechada.
Se estatizó las empresas pesqueras, formando la gran empresa estatal Pesca Perú. Pero la pesquería peruana ya había bajado su productividad y rentabilidad, posiblemente por una extracción depredadora.
Hizo respetar el mar territorial dentro de las 200 millas, autorizando y regulando la pesca de naves extranjeras.
Impulsó la pesca para el consumo humano e invirtió en la infraestructura de puertos y frigoríficas, además de cámaras y fábricas de conservas. Se creó la EPSEP (Empresa Pública de Servicios Pesqueros), que entre otras actividades producía enlatados. Además, promovió la investigación pesquera realizada por el IMARPE, Instituto del Mar.
REFORMA DE LA VIVIENDA
Considerando el gran crecimiento urbano de las principales ciudades del Perú, por el aumento de las migraciones del campo a la ciudad, que desembocaba en la tugurización y la creación de viviendas precarias en las zonas marginales; se creó el Ministerio de
Vivienda.
Se les cambió el nombre despectivo de "barriadas" por el de "Pueblos Jóvenes" y se desarrollaron amplios programas para dotarlos de los servicios básicos de agua, desagüe y electricidad. Además de investigar y crear programas para abaratar los materiales de construcción y adecuarla a los climas de cada región, propiciando la construcción de viviendas económicas. Se orientó el crédito exclusivamente para las viviendas económicas, fomentando su construcción; lo mismo que de servicios comunales.
REFORMA EN TRANSPORTES Y COMUNICACIONES
La infraestructura del transporte y su equipamiento eran anticuados e ineficientes al interior del país. Y en lo que se refiere al transporte aéreo y marítimo, dependía de empresas extranjeras, con la consiguiente pérdida económica del estado peruano.
Se concentró en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones todos los servicios y programas relacionados al transporte, creándose la compañía aérea de bandera, AEROPERÚ y la Compañía Peruana de Vapores. Se creó de igual manera ENAPU, la empresa encargada de la administración de los puertos. Lo que permitió que el estado tuviera un control directo del transporte por considerarlo estratégico.
En lo referente a la radiodifusión, que siempre fue manejada por grupos de poder económico y políticos, el Gobierno Revolucionario desarrolló una política orientada a su control para asegurar el desarrollo socioeconómico del país y contribuir a la integración nacional y la defensa y seguridad nacionales.
Las comunicaciones internacionales estaban monopolizadas por la transnacional ITT (International Telefhone and Telegraph) que manejaba nuestras comunicaciones de acuerdo a sus intereses económicos.
La política estatal para desarrollar los servicios públicos de comunicaciones se basó en integrarlas en un solo sistema nacional eficiente, seguro y económico de propiedad del estado. Puso la radiodifusión y la televisión al servicio de la educación, cultura, recreación e información. Se crearon nuevas empresas de radiodifusión estatal y se modernizaron las existentes.
Se normó la programación de las emisoras radiales y de televisión estableciendo la obligatoriedad de un porcentaje de programas de cultura y arte nacionales y los principales medios propalaban noticias tanto en castellano como en quechua. Además se prohibieron expresiones extranjeras alienantes. Con todo ello se crearon las condiciones para la defensa de la identidad cultural, especialmente andina.
REFORMA EDUCATIVA
En un país como el Perú, en el que se prohibía el voto a los numerosos analfabetos, la educación pública era una herramienta para mantener ignorante a la mayoría de la población, facilitando su explotación.
Para un gobierno revolucionario, la educación estaba entre las primeras prioridades. Debía hacerse una profunda reforma educativa que lograra liberar al hombre para la creación de una nueva sociedad.
Los nuevos objetivos de la educación estaban orientados a transformar la estructura de la educación creando un sistema humanista que permitiera exaltar la dignidad del hombre, haciéndolo reconocer su derecho a la educación sin discriminación alguna. La educación entonces se orientó al trabajo para alcanzar la plena realización del hombre.
Se tuvo un criterio educativo flexible, adecuado a las necesidades de la población de las diversas regiones del país.
Se enfatizó la necesidad de lograr la gratuidad de la enseñanza, sostenida totalmente por el estado y de acuerdo a las posibilidades económicas se buscó la dignificación del magisterio, asegurando su formación y continuo perfeccionamiento, con una situación económica que progresivamente fue acorde con su elevada misión.
La reforma educativa por la oposición de una magisterio politizado no pudo aplicarse
Debidamente, pero alcanzó algunos frutos.
Se impulsó la educación técnica orientando al trabajo a los jóvenes desde la secundaria a través de las ESEP. Se dio una nueva ley universitaria que a pesar de sus aportes modernizadores, fue sistemáticamente por los estudiantes y profesores.
VERDADERA LIBERTAD DE PRENSA
Uno de los temas más controvertidos y conflictivos en el proceso revolucionario fue el relacionado con la libertad de prensa y las radicales medidas que se tomaron.
Se partió del análisis (expuesto en el "Plan Inca") de que en el país no existía libertad de prensa sino de empresa; que los órganos de prensa estaban en manos de familias y grupos de poder; que con ellos se corta, silencia o destaca la información de acuerdo a los intereses de sus dueños; que se atenta impunemente contra la moral y el honor de las personas e instituciones y finalmente, que se permite que los extranjeros tengan la propiedad y gestión de órganos de prensa. Frente a esa situación los militares revolucionarios se propusieron y ejecutaron dos objetivos:
1) Una prensa auténticamente libre, que garantice a todos los peruanos la expresión de sus ideas, respetando el honor de las personas y la moral pública;
2) Los órganos de prensa estarán exclusivamente en poder de organizaciones representativas de la nueva sociedad.
Con la nueva legislación de la prensa y la expropiación de los periódicos de sus monopólicos propietarios, el Gobierno Revolucionario tomó una de las más drásticas medidas que fueron rechazadas por los grupos afectados, quienes recibieron el respaldo de organismos internacionales que protegen a los empresarios.
Con la prensa libre de la manipulación de la oligarquía e intereses extranjeros, el ataque sistemático contra el gobierno, no sólo desapareció sino que se volcó a favor de las medidas revolucionarias.
No obstante, las personas que asumieron la dirección de los periódicos no fueron desde el principio las instituciones representativas del país; sino intelectuales y personalidades vinculadas al régimen, lo que produjo efectos contraproducentes.
Cuando se inició la transferencia de los medios de prensa a las instituciones, ya fue muy tarde. Aprovechando la enfermedad del general Velasco que desembocó en la amputación de una pierna, los militares traidores dirigidos por el imperialismo norteamericano empezaron a conspirar.
REIVINDICACIÓN HISTÓRICA
El Gobierne Revolucionario precisamente terminó con el pronunciamiento militar del felón (traidor) de la historia, general Francisco Morales Bermúdez el 29 de agosto de 1975, cuando el ejército peruano estaba listo en Tacna para la recuperación militar de los territorios de Arica y Tarapacá.
De acuerdo al derecho internacional, las guerras ganadas no dan derecho a los botines, ni la reparación de gastos de guerra, que suelen pagar los vencidos, tiene que ser con la mutilación de territorio. Por eso y por una serie de vicios cometidos en la suscripción y cumplimiento por ambas partes, los tratados de Ancón y de Lima son nulos. Y por lo tanto, los territorios de Arica y Tarapacá están ilegalmente secuestrados por Chile y el deber de los verdaderos patriotas es recuperarlos.
Velasco Alvarado y su equipo de militares estrategas y geopolíticos trazaron el plan del siglo, obviamente por su carácter secreto no pudo incluirse en el Plan Inca, pero finalmente, algunas manos extrañas dándole la forma de una novela de ficción política lo publicaron en un periódico de circulación nacional.
Independientemente de la veracidad de esa información, el nivel militar que el Gobierno Revolucionario alcanzó, superando significativamente el poderío de Chile, sólo podía tener una finalidad: la recuperación militar de nuestros territorios del Sur.
Finalmente, para que no quede ninguna duda, los golpes militares de las últimas décadas se dieron en Lima y con la participación de la división blindada (tanques) y si el de Morales Bermúdez se hace en Tacna es porque estaba la blindada para respaldar el golpe. ¿Qué hacía la división blindada del Perú en la frontera con Chile?
De no haber mediado el golpe traidor de Morales Bermúdez, que derrocó al general Juan Velasco y salvó a Chile, el Gobierno Revolucionario hubiera recuperado Arica y Tarapacá.
LA FARSA DE LA SEGUNDA FASE
Cuando Francisco Morales Bermúdez derrocó al general Juan Velasco Alvarado, no se atrevió a decir que el proceso revolucionario paraba, sino lo contrario, que continuaba.
Es decir, realmente nunca hubo una "segunda fase" de gobierno revolucionario. Todo lo que hizo Morales Bermúdez desde el día golpe militar hasta el término de su gobierno, no fue otra cosa que desmantelar las reformas realizadas por Juan Velasco Alvarado para luego convocar a una Asamblea Constituyente y a elecciones generales.
Morales Bermúdez con apoyo del imperialismo norteamericano modificó las leyes que amparaban las reformas y volvió a convertir al Perú en un sirviente de esa potencia opresora. Y lo peor, dio su golpe militar en el preciso momento en que el Perú iba a redimir Arica y Tarapacá.
VISIÓN HISTÓRICA DEL VELASQUISMO
Después de 30 años de haber sido interrumpido el proceso revolucionario dirigido por el general Juan Velasco Alvarado, por la contrarrevolución de Francisco Morales Bermúdez, uno de los mayores traidores de la historia, sus logros y realizaciones se agigantan. Sólo al comparar el gobierno del general Velasco con los de Morales, Belaunde, García y Fujimori, salta a la vista la diferencia. No sólo la población pobre tuvo mejores niveles de vida, sino los servicios sociales, tales como la salud y educación, estuvieron a su alcance. Fue el momento de mayor dignidad patria, después de siglos de dominación y explotación colonialista española y de sus descendientes los criollos. No sólo por su posición internacional soberana, sino por las reivindicaciones históricas y la defensa de la verdadera cultura peruana, la andina.
El Gobierno Revolucionario logró capitalizar miles de millones de dólares con la creación e implementación de grandes empresas nacionales como PETROPERU, PESCA PERÚ, MINERO PERU, ENAFER PERÚ, ENAPU, AEROPERU, COMPAÑÍA PERUANA DE VAPORES, ENTEL PERÚ, SIMA, EPSEP, entre muchas otras, que eran eficientes y por lo tanto rentables. Durante el infausto gobierno de Alberto Fujimori, con el cuento de las privatizaciones, remató muy por debajo de sus precios reales casi todo el patrimonio que con Velasco había logrado el Perú. ¿Y qué hizo ese miserable gobierno con el producto de la venta? Ninguna inversión, ninguna obra social o pública, nada de eso. Sólo pagó la deuda externa, cubrió los déficit fiscales y lo sobrante fue el botín de su gobierno. Por eso, decenas de generales, algunos Comandantes Generales del Ejército, tenían cuentas en bancos extranjeros con millones de dólares. Ahora están en el penal de San Jorge, aunque les corresponde el paredón, por traición a la patria en tiempo de guerra.
Mientras que el general Velasco, al igual que generales dignos y patriotas como Mercado Jarrín, Montagne Sánchez, Graham Hurtado, Fernández Maldonado, Leonidas Rodríguez, Tantaleán Yaniní, después de haber tenido el poder en sus manos durante siete años, regresaron a sus hogares para vivir sus últimos años con sus modestos sueldos de militares en retiro.
Lo mismo podemos decir de los asesores civiles del gobierno revolucionario: Carlos Delgado Olivera, Alberto Ruiz Eldredge, Héctor Cornejo Chávez, Augusto Zimmerman Zavala, Virgilio Roel Pineda, Róger Cáceres Velásquez, Ángel de las Casas Grieve, Arturo Valdez Palacio, Alfonso Benavides Correa, no hay ningún indicio de que se enriquecieran con el poder.
Con el paso de los años y el sucesivo fracaso de los gobiernos que hemos tenido que soportar, mucha gente que vivió la época del velasquismo, espera ansiosamente un nuevo gobierno revolucionario y nacionalista. El Perú necesita ahora otro Juan Velasco Alvarado.
martes, 13 de abril de 2010
RECORDEMOS LA HISTORIA, PARA NO REPETIR ERRORES: KEIKO
LOS ARGUMENTOS HISTORICOS REAFIRMAN LA OPINION SOBRE KEIKO FUJIMORI. NUNCA FUE MUJER CON VALORES. SE PUSO JUNTO AL PODER Y LA MAFIA DEJANDO QUE A SU MADRE LA TRATARAN COMO ORATE, LA DEJÓ SOLA, JALANDO A SUS 3 HERMANOS MENORES A LA "CASA DEL PODER".
NUNCA SE PRONUNCIÓ EN DEFENSA DE SU MADRE.
VIVIÓ CON SUS HERMANOS EN EL EXTRANJERO ESTUDIANDO CON DINERO DEL ESTADO PERUANO QUE BIEN PODRÍAN PALIAR LAS NECESIDADES DE ESOS NIÑOS QUE MUEREN DE FRIO EN LAS ALTURAS DEL PERÚ.
NO ES BUENA HIJA, NO ES BUENA CIUDADANA. NO PUEDE SER NI REMOTAMENTE LA QUE SE HAGA CARGO DE LA PRESIDENCIA (DE NUESTRO AMNÉSICO PERÚ).
César Hildebrandt:
La hija del ladrón
El Perú tiene varias marcas mundiales en su haber.
La marca mundial del narcisismo idiota -categoría pecho y espalda, nado sincronizado, estilo mariposa-, por ejemplo. Narcisismo idiota que se expresa en la frase "Dios es peruano", o en la creencia de que nuestra comida es insuperable, nuestros paisajes son únicos y nuestro folclore no tiene pares.
Los peruanos somos como los brasileños. Lo único que nos diferencia es que no hemos ganado cinco veces el campeonato mundial de fútbol ni hemos tenido a Ayrton Senna -para no hablar de la industria aeronáutica brasileña, del tamaño de su PBI y de las cualidades humanas y éticas de Lula-.
Lo curioso es que si un observador imparcial llegara a estas tierras y preguntara a la gente -la gente de este gran pueblo que se supone que somos- por quién votaría en las próximas elecciones, 22 por ciento de los que contestaran dirían: "Keiko Fujimori". Y entonces ese observador se caería de espaldas.
Porque Keiko Fujimori Higuchi es hija del delincuente convicto Alberto Fujimori Fujimori -alias Kenya Fujimori, alias Presidente de la República, alias Pacificador y alias Su Excelencia-, merecedor de tres condenas que suman 38 años de carcelería efectiva.
Este ladrón que robaba en sacos, este asesino que empleaba armas del Estado, este peruano que se hizo japonés para eludir la justicia, este japonés que fingió ser peruano para gobernar, este cónyuge que encerró a su cónyuge cuando ésta lo denunció por robar donaciones japonesas, este resumen de todas las taras yakuzo-peruvianas que uno puede imaginar, es el padre de quien se perfila como la próxima mandataria de la nación (así, todo con minúsculas).
Y no es que la señora Keiko haya huido de su ADN ni de la maldición de la herencia. Porque la señorita Keiko estudió en Boston con dinero robado por su padre, felonía que ejecutaba Vladimiro Montesinos pero que mandaba hacer el propio Alberto Fujimori.
Y eso sería una mancha muy fea en cualquier país donde la decencia fuera un requisito para entrar a política.
No es una mancha, sin embargo, en el Perú. Porque en este país, de aparente enorme ego, se tolera todo.
Se tolera, por ejemplo, que el programa político de la señora Keiko se resuma en este grito clanesco: "¡indulto para mi papá!" (con lo que el Perú no tendrá una presidenta sino una alcaide y seremos, por fin, lo que Saravá siempre soñó que fuéramos: un vasto Lurigancho).
Porque si Dios es peruano, como dicen los huachafos, entonces Satanás también pasó por la Reniec.
!!!!QUE DIOS NOS LIBRE!!!
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