sábado, 4 de septiembre de 2021

UN CRIMEN SIN NOMBRE (26 ENERO 1983)


El asesinato de 8 periodistas del Perú, fue atribuido por la Comisión de Mario Vargas Llosa a los campesinos ignorantes. “Los comuneros por ser gente de poca cultura confundieron los lentes de las cámaras fotográficas con armas de fuego.” De esta manera se salvó la responsabilidad del presidente Belaúnde y los militares. 


UCHURACCAY


Cuando sobre mis hombros/ descendió

encerrada/ la verdad desnuda 

su resplandor difundió rápida noticia 

hundiendo la hermosura alrededor,

y cuando surcó los aires en hilos invisibles 

y los mares en candorosos cobres encarnados 

tu nombre/ Uchuraccay… Uchuraccay… 

resonó en las alturas ignoradas 

repercutió en el espanto del asombro 

allí, en las despojadas planicies andinas 

en los campos traviesa 

colmados de retama y flores amarillas.


Cayó la verdad 

en medio de vientos helados 

y fiebre campesina al acecho.


Tu nombre Uchuraccay

resonó en el firmamento 

repercutió en el espanto del asombro 

en la noticia que busca noticia 

en el recuerdo de las primicias clausuradas 

en el adiós a la vehemencia apostólica 

y el recorrer de la misión cumplida.


Uchuraccay… Uchuraccay…

un ruido súbito esconde la noche 

un silencio arrastrado 

un vacío terrenal 

un territorio inmóvil 

oculta la verdad en silencio 

en silencio que cae 

en silencio que cubre 

en silencio que interpreta 

en silencio que abruma 

en silencio que interroga 

en silencio que calla 

en silencio que es más silencio.


A periodistas combatientes te llevaste

en el hechizo de tu nombre 

Uchuraccay… Uchuraccay… 

a los amigos te llevaste 

a sus alegres rostros del reto aventurado 

a sus brillantes facultades florecientes 

a los amigos te llevaste 

escondiéndolos en silencio 

en silencio que murmura 

en silencio que alborota 

en silencio elevado a plegaria 

en silencio que llora. 

A ellos te llevaste 

en la euforia del silencio 

hacia el reino del silencio 

del silencio que es más silencio 

silencio perenne.


Poema de Carlos


Angulo Rivas, libro "Palabras que el Viento ha de Llevar, 2005.

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