miércoles, 22 de julio de 2015

Las “acomedidas” trastadas del general Blanco Ridoutt

Informe PIP: “Y soltamos al detenido porque no era traficante de tubérculos, sino tuberculoso”. Sofocleto. Enrique Blanco Ridoutt, un policía ascendido recientemente a General, es un oficial leal ciento por ciento, de esos que Vallejo recomendaba cuidarse, lo mismo del cielo más acá del aire y de España de su propia España. Lo que no se sabe con certeza es hacia dónde va esa lealtad. Las sospechas sobre la desmedida lealtad de Blanco Ridoutt se fundamentan en las zigzagueantes declaraciones que gusta despacharse dejando dudas de su presunta inocencia o candor. Acaba de exigir, en América TV Región Arequipa, que es necesario extender el estado de emergencia en Islay debido a que, según él, persisten las razones que llevaron a tomar esa decisión, insinuando que el conflicto en el valle de Tambo se termina cuando hay estado de emergencia y se reinicia cuando se levanta el mismo. No se sabe cuál sea la preparación académica extra que haya seguido el general, pero esas declaraciones ponen en duda su calidad profesional y hasta el rigor de su selección. Recuerdan al coronel Daniel Meza Cuadra dando plazo de treinta minutos para que los revoltosos estudiantes de la “I”, en la huelga de junio de 1950, desalojen el local “transcurrido ese tiempo se les meterá bala”, con las consecuencias que todo el mundo conoce. Habría que explicarle al general que el conflicto del valle de Tambo no es un asunto cuartelario, cuya solución requiere de sus servicios; sino un problema socio-económico-ambiental y político, y la naturaleza de los conflictos requiere de metodología adecuada a los mismos para un tratamiento efectivo que el gobierno claudicante del comandante mediocre –a juicio de Martha Hildebrandt- se ha negado a utilizar. El general Blanco Ridoutt debería ocuparse de limpiar su institución de elementos que la desprestigian, como coimeros de triple x, como los filosofexxx que ocupan Tambo y no inmiscuirse en el problema del valle contra sus pobladores pues no es asunto de su incumbencia, sobre todo si lo hace sesgadamente. ¿A qué tanta insistencia en extender el estado de emergencia en el Valle de Tambo? ¿A quién favorece ese estado de excepción sino a la Southern? El general Blanco Ridoutt, decía meses atrás y lo sigue sosteniendo que “son como 200 personas agresivas como se ven en los videos” quiénes defienden sus medios de vida, en la tesis de que no es el pueblo de todo el valle sino un pequeño “grupito de 200”. No repara que el personal policial movilizado para la represión son miles de expertos en el golpe, la bomba, el garrote y el sembrado. A ellos hay que agregar los soldados del ejército. Entonces, no podemos menos que preguntarnos ¿tres mil efectivos policial-militares son indispensables para un “grupito de 200”? ¿Demasiada ineptitud de los movilizados o del general Blanco? ¿Eso justifica la extensión del Estado de Emergencia? ¿O no fueron un “grupito de 200”. sino todo el pueblo del valle y la provincia de Islay? En este último caso el general estaría mintiendo descarada, cínica y desvergonzadamente; y, esa mentira sobre el “grupito de 200” ¿acaso no es el mismo argumento de la Southern? ¿Acaso no vemos diariamente la propaganda de esa empresa en el sentido de que todo el pueblo los apoya, salvo 200? ¿La coincidencia es puritita casualidad o hay algún puchero gordo? Pero no es la única mentira del general. También dijo “sobre la muerte del ciudadano Huayna Nina, yo no puedo afirmar que utilizaron armas…” y para pasar piola agregó “eso lo va a demostrar el Ministerio Público…” El general sabe perfectamente que se han empleado armas, le consta, lo oculta y reincide en la mentira y la complicidad. En cada destacamento policial hay personal de inteligencia, cuya información llega directo al jefe –o sea al general Blanco- cada destacamento cumple órdenes de la cadena de mando cuya cabeza es Enrique Blanco Ridoutt. Ya se demostró que se emplearon balas y de todos los calibres. En esa oportunidad agregó desafiante “Yo soy responsable de mis actos”. Si así fuera, entonces que asuma su responsabilidad y se someta a la justicia sin escudarse en el fuero militar-policial. Además, que confiese de quién procedían las órdenes para el empleo de armas de fuego y la orden de utilizar miles de efectivos represores contra “200”, que diga con valentía a quién realmente sirve pidiendo la extensión del estado de emergencia que encubre violaciones de derechos humanos y toda clase de abusos y atropellos contra los pobladores del valle de Tambo. Para mis amigos, todo. para mis enemigos, la ley En el historial de Blanco ahora se incluye el encubrimiento y la complicidad con la “siembra” adornada al campesino Coasaca. El delito de tortura y amenaza, hecho por el delincuente Filosofexxx en ese operativo fue justificado por el general con esto: “todos hemos visto el video y lo que se ve es un acto de impotencia emocional (Sic) que tuvo en ese momento el policía y el nombre de la insignia (FILOSOFEXXX) es un apodo de combate que se colocan los policías, ellos ya han sido relevados y se está siguiendo una investigación”. “Acto de impotencia” denomina Blanco a la acción del delincuente agresor, oficial de alto rango sin ninguna duda, que ejecuta un acto vil que se vuelve más repudiable por la justificación del general quien -incluso- se niega a dar el nombre del “impotente” Filosofexxx y a ponerlo a disposición del fuero común. La acción de Filosofexxx no es delito de función. Las palabras del general no hacen sino confirmar que esta práctica delincuencial es común bajo su mando. Por el contrario, contra el pueblo de Tambo dijo: “queremos que cesen las hostilidades, cese a las reacciones emocionales y seamos personas racionales, porque solo los animales se dejan guiar por sus instintos” (Sic). Cuando se difundieron los videos que probaban el uso de armas por efectivos policiales, las sembradas sucesivas y en especial de alias Filosofexxx y sus cómplices, Blanco no tuvo empacho en ponerlos en duda cínicamente con este cantinflesco razonamiento “a mí me gustaría ver la legalidad de este material, la Fiscalía seguramente hará uso del mismo para ver las labores de responsabilidades penales, pero también hay que ver los videos de los policías heridos. Recomiendo ver los videos de ambas partes”. Ahora se escuda con esto: “los acontecimientos están en tratamiento de materia fiscal y no puedo adelantar opinión sobre las posibles responsabilidades penales…” El Director General de la Policía Nacional del Perú, Jorge Florez Goycochea, más cauto o experimentado que Blanco, dijo: “Esto no corresponde al actuar policial”, lamentando lo ocurrido. Pérez Guadalupe, jefe de ambos, tejió una historia del Narrador de Cuentos: la bala que mató a Huayna Nina, se volvió perdigón en el aire, el mismo que ya no usa la policía hace 5 años, y que los delincuentes tambeños lo forraron con cobre antes de ingresar al ya difunto Huayna. Como dijimos al comienzo, las sospechas sobre la desmedida lealtad de Blanco Ridoutt se fundamentan en las zigzagueantes declaraciones que gusta despacharse dejando dudas de su presunta inocencia o candor. ¿El general Blanco está pidiendo la extensión del estado de emergencia en Islay por orden de Pérez Guadalupe? ¿O acometido, digamos acomedido, por la Southern, como Gómez Urquizo?

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