EL SENTIR DEL PUEBLO
Un grupo en la Marina y en la ultraderecha peruana, en su afán de evitar a toda costa que el Perú tenga una política exterior independiente, soberana a favor de los más humildes peruanos, han asustado al presidente Pedro Castillo para sacar a uno de hombres de perfección muy alto, en los cuales puso su fe, para cambiar el pasado tenebroso, corrupto y monopólico del Perú en favor del porvenir de los más humildes descendientes de pueblos originarios; por ello sus acciones como ministro del exterior estaba en continuo proceso de transformación, acorde a las variaciones de la realidad en el marco de la interculturalidad. Héctor Béjar contribuye con sus propuestas objetivas a la evolución social, por ser original que no se somete a dogmas morales ni sociales de corrupción; entusiasta, culto, de personalidad diferente, generoso, indisciplinado contra los dogmáticos. Como un ser afín a lo cualitativo, puede distinguir entre lo mejor y lo peor; no entre el más y el menos, como lo haría el fujimorismo.
Héctor Béjar brilló tan fuerte que casi opacó a un grupo en la Marina y de la ultraderecha peruana, y estos últimos cadáveres andantes, asustaron al presidente Pedro Castillo para sacarlo a Héctor Béjar del contexto de una política exterior autónoma, libre de las determinaciones de los poderes globales y en favor de la economía de los más humildes.
Lo que más indigna al pueblo, es que le obligaron, a Héctor Béjar, a renunciar antes de hablar en la interpelación para evitar que el Congreso, y el pueblo, reconozcan su entusiasmo y originalidad de sus acciones objetivas en favor de las grandes mayorías y en contra de la elite y sus seguidores sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y cuyas acciones no cuestiona, sino que sigue ciegamente a la prensa mediática y a un grupo en la Marina y en la ultraderecha peruana representada por el fujimorismo.
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