Escribe Hugo Neira ex Ministro de Cultura sobre el Canciller Héctor Bejar.
• Extracto de Poder de los poderes. Y Héctor Béjar.
"No me sorprende en nada que Béjar sea ministro. Tiene la cultura, el conocimiento del mundo exterior, y personalmente, la serenidad y los modales de un diplomático. Lo conozco bien, pero lo que me sorprende es cómo lo tratan en estos días en su país, el Perú, y cómo lo trata Wikipedia, o sea Internet, el planeta, en varias lenguas. El amable lector puede consultar Google y encontrará lo que sigue: ocupación, «sociólogo, artista plástico, partisan (en castellano, militante), catedrático, escritor y político». En cambio, en el diario limeño El Comercio, la periodista Karem Barboza lo mezcla con Fidel Castro y lo que cuenta para ella es su guerrilla, y no su vida, sus libros, y no le importa nada que sea profesor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la PUCP. El tiempo de guerrillero fue en 1964-1965. Detenido en 1966, en 1970 decide apoyar al gobierno militar después de darle la amnistía el propio general Juan Velasco Alvarado.
Nada sobre su trabajo en los medios rurales, apoyando la reforma agraria. Y más tarde, cuando cae Velasco, con otros intelectuales, forman el CEDEP y fundan la revista Socialismo y Participación. De sus libros, casi nada. Resulta que en 1965 escribe uno en que confiesa la razón por la cual su actividad guerrillera no tuvo efecto, y ese libro gana el Premio de la Casa de las Américas. Ya doctor en Ciencias Sociales, publica en el 2010, Mitos y metas del Milenio. Y otro libro, anterior, Justicia Social, Política social con varias ediciones.
Defendiendo a Béjar desde el punto de la verdad. Ya esa cloaca que por momentos son las redes confunde guerrilleros y terroristas. Los guerrilleros, en todo el continente los hubo, con un fusil o una ametralladora se iban al monte. A enfrentarse con soldados. El terrorismo es otra cosa. Fue lo que hizo Sendero Luminoso el 16 de julio de 1992, al hacer estallar dos autos —los cochebombas— que mataron a 25 inocentes personas en la calle miraflorina de Tarata. Fueron 12 años de terrorismo de Sendero Luminoso. La diferencia es gigantesca. No saben, no conocen. El guerrillero se expone. El terrorista se esconde. ¿Entendido? Y Javier Heraud, poeta, muere en el combate. Y entre otros, Chang, que fue a visitar al Che Guevara, cuando lo capturaron y moría. Se puede discutir si la guerrilla era el mejor camino, por lo visto no. Fracasaron también en otros países. Pero mezclarlo con el terrorismo es una maldad propia a la crisis mental y ética de nuestros días.
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