miércoles, 13 de julio de 2022

"CUENTO EL ZORRO Y EL CONDOR"



(Cuando se van de fiesta al cielo)

Este cuento siempre me lo contaba mi abuelo, y aquí se los comparto. 


Hermanito ..dijo el cóndor, hoy es el matrimonio de un compadre,  ¡nos vamos de fiesta!

nos vamos dijo el Zorro.


El cóndor se puso su poncho negro, arregló su chalina blanca y echándose al zorro sobre el lomo emprendió el vuelo.

Miraba el zorro las cumbres de los cerros que brillaban al sol. Como era tiempo de sequía, el ichu estaba doradito.


Arriba, lo cielos azulitos. A medida que subía, hacia más y más viento. El zorro se abrazó  fuerte, cerró los ojos y de cuando en cuando lloraba de frío. En el cielo se casaba un Guacamayito y todas las aves le hacían fiesta. Los gorriones tocaban flauta, las gaviotas mandolina, los gallinazos barrían el piso…En fin, era un festejo…


Cuando llegó el zorro se quedó pasmado. Arriba todo era igual que en la tierra. Había árboles de todas clases: alisos, molles, eucaliptos, quishuares. Lagunas, colinas, ríos. Nada faltaba.


A las bodas habían llegado todas las aves de la tierra.

Allí estaba el lorito de la montaña con su caperuza verde, el pichibilín colorada, las parihuanas de la cordillera, el temeroso chiwaku, hasta el feroz Anka. Todos. De ver tanto pajarito suelto, agüita se le hacía el hocico al zorro.


Como el zorro era el único animal de cuatro patas llamó mucho la atención. Una gavilana le trajo chicha y el muy tuno se hizo dueño de la fiesta. Bailó en una pata y toco tambor. Al terminar la boda todos volvieron a sus casas. En un perdido rincón roncaba borracho el zorro. Su fiel amigo se acercó a despertarlo. Compadre que ya es hora le decía,pero.. seguía roncando el zorro .


El cóndor entonces lo sacudió recio. El dormilón por fin despertó airado; dando grandes voces insultó al cóndor y volvió a rodar por el suelo, soplando como un bendito. El cóndor cansado de insistir, bajó solo.


Con el frío del alba el zorro despertó. ¡Ay! lloraba, desolado, ¡me han abandonado!. Juntó hojas de maguey hasta tener una buena cantidad de fibra, tejió una soga muy muy larga, la amarró a un quishuar y comenzó a descender.


La soga bailaba en el aire que daba miedo. A dos manos y dos patas el zorro bajaba. Parecía que no tenía cuando llegar. En eso paso por allí un loro.


- Buenos días, atoq - saludó.

- ¡No vayas a picarme la soga, narizón maligno! –gruño muy serio el zorro


Bastó la indicación para que el travieso loro sintiera tales deseos de picar la cuerda. Subió alto, allí donde el zorro no alcanzaba a ver y picó a todo gusto.


El zorro bajo a dos manos y dos patas.¡Ay qué rápido bajo¡ -cantaba-. ¡Ay, qué rápido¡…cuando. De pronto, divisó la tierra que aprisa se le acercaba. Recién se dio cuenta de su desgracia.


-¡ Ichuta mastaychiq !

-¡ Ichuta mastaychiq mamallaykuna, papallaykuna !


Gritaba con todas sus fuerzas. Quería decir, ¡buena gente, tiendan mantas¡ ¡tiendan pellejos y paja que caigo¡

Al oír tales gritos desesperados los campesinos salían de sus casas y ponían en medio de la plaza montones de mantas y ponchos para recibir al que bajaba del cielo. 


Los campesinos al darse cuenta que el que caia era un zorro, el mismo que robaba sus gallinas, corderos y maltrataba los cercos de los rebaños, retiraron las mantas y ponchos y en su lugar pusieron estacas, pencas, cabuyas donde cayó el zorro.... Y Fin.

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