miércoles, 12 de mayo de 2010
Las cartas del faenón petrolero
Con carácter de exclusividad, LA PRIMERA tuvo acceso a algunos de los documentos del disco duro de Rómulo León, mantenidos en reserva por los jueces. En ellos se demuestra que lo que querían Discover Petroleum y Canaán de sus amigos del gobierno era nada menos de 4 millones 500 mil hectáreas de concesiones (un territorio mayor a la suma de Tacna y Moquegua), donde prometían la mayor inversión en hidrocarburos de nuestra historia, y Daniel Saba, de Perupetro, a pesar de todos sus desmentidos, estaba perfectamente al tanto.
En una misiva formal, en papel membretado y con su firma, de fecha 17 de marzo de 2008, con un subrayado que afirma su condición de “muy importante”, el ingeniero Fortunato Canaán se dirige a sus empleados en el Perú, Rómulo León y Alberto Químper (también director en Perupetro) para precisarles las tres zonas petroleras que estaban siendo solicitadas por sus clientes noruegos (Discover Petroleum). La primera de ellas, en la cuenca sedimentaria de Mollendo y la zona marítima del noroeste con el límite de la costa, que representaría más o menos tres lotes de más o menos un millón de hectáreas cada uno.
El segundo grupo, en tierra firme, sobre la cuenca sedimentaria de Pisco, excluyendo las reservas, con un área de 500 mil hectáreas. Finalmente el “resto de la cuenca sedimentaria de Moquegua, excluyendo toda la zona urbana y suburbana de la ciudad de Moquegua”, nada menos. Aproximadamente un millón de hectáreas adicionales. La suma del pedido sería de alrededor de 4 millones 500 mil hectáreas, abarcando Mollendo (Arequipa), el litoral norte (contiguo a PetroTech), Pisco y Moquegua, con la precisión tranquilizadora que no se apropiarán de la ciudad capital del departamento ni de la reserva de Paracas.
Agrega Fortunato a todo esto su esperanza de que todo salga bien y les asegura a sus dos puntas, que todo será beneficioso para Perupetro. Confirma la constitución de un consorcio que intervendrá en las licitaciones y evaluaciones técnicas. Y en una postdata de tono imperativo indica “deben hacer en Perupetro o se paga aparte, la demarcación de los lotes, es decir, preparar los límites de los lotes en función a las áreas indicadas. Recordar dejar esto resuelto”. Está la firma y la indicación de que la carta iba con copia al magnate mexicano Mario Díaz Lugo.
Digamos que Canaán estaba detrás del 3.5% del territorio del país y que la superficie que había proyectado tomar bajo control superaba la de departamentos como Tacna (1.4 has.), Moquegua (1.5 has.), Ica (2.1 has). Es fácil entender por qué en sus contactos con Del Castillo le hablaba de negocios fabulosos, aunque ahora haya quienes quieran desmentir esto con el argumento de que Discover era una pequeña empresa noruega apoyada por Canaán y Díaz Lugo que estaba tanteando entrar en el país, y que, si hubiera recibido los lotes, seguramente no hubiera encontrado lo que estaban buscando.
Perupetro
Y como puede apreciarse, el centro de la operación era Perupetro, el Cofopri de los lotes petroleros, cuyo presidente de directorio, Daniel Saba de Andrea, ha demostrado ser el mayor hombre corcho del actual régimen. En su defensa, Saba ha dicho que nunca se interesó realmente en la propuesta de Discover; que desconfió de su “nueva tecnología” para aligerar los crudos pesados por estar en fase experimental, que no tomó en serio la oferta de inversión de 3 mil millones de dólares y que para sacarse de encima a Canaán, Rómulo y los noruegos, encargó a un subalterno entretenerlos.
Pero la verdad es que Saba se ha negado a explicar por qué se dirigió en una más bien humilde carta a Jorstein Kjerstad, director gerente de Discover Petroleum International el 7 de mayo de 2008, para comentar la visita del 28 de abril, a la que acudieron los funcionarios noruegos con Canaán, Díaz Lugo y León, y en la que textualmente sostiene que “estaremos muy complacidos que Discover Petroleum International venga al Perú a desarrollar actividades de exploración y explotación de hidrocarburos, usando tecnología de avanzada”. Es decir que se la tomaba muy en serio.
¿Qué había pasado entre el 28 de abril y el 7 de mayo, para que el ahora entornillado Daniel Saba hiciera una afirmación como esa? Por lo que se sabe, luego de la reunión de Canaán y los ejecutivos de Discover con el presidente de la República, el 23 de abril de 2008, se ejercen presiones para que los noruegos prescindan de la intermediación del dominicano y pasen a tratar el tema petrolero directamente con el gobierno. Eso ocurre muy rápidamente y conduce entre otras cosas a que Rómulo León y Alberto Químper se desliguen de su antiguo empleador. La carta de Saba se ubica exactamente en esos días y forma parte del juego del gobierno aprista de reducir el número de participantes en el reparto de la torta.
Lo que queda claro entonces es que Canaán preparó un proyecto espectacular de entrada de sus clientes noruegos en el Perú, convenció a Del Castillo, Gutiérrez y Saba, y se aseguró una reunión con Alan García. Pero aún el más despierto lobbysta internacional puede terminar desplumado en estos movimientos. Y tal parece que luego de asistir a Palacio y Perupetro, a Canaán le dieron forata, con lo que quedó expedita la fase final hacia el faenón de la entrega de los lotes, que se frustró, cuando aparecieron los petroaudios.
Sus contradicciones
El 13 de octubre de 2008, casi dos semanas después de la aparición de los primeros petroaudios, el presidente de directorio de Perupetro, Daniel Saba, declaró en una entrevista radial que había puesto su cargo a disposición a raíz del escándalo.
Hasta el día de hoy, 19 meses después, Saba sigue al frente de una empresa que decide sobre concesiones de hidrocarburos en el subsuelo del Perú en extensiones alucinantes y que son la fuente de grave conflicto con las comunidades amazónicas y motivo de enfrentamientos entre grupos empresariales mafiosos.
De acuerdo con su declaración ante el Congreso, Saba asegura que rechazó las pretensiones de Canaán por considerarlas descabelladas. Sin embargo, el documento de comienzos de mayo de Perupetro dice: “(…) de acuerdo a los Convenios de Evaluación Técnica hacemos de su conocimiento que con la presente estamos iniciando las coordinaciones para los convenios de evaluación técnica para las cuencas de Mollendo y Talara. Para dar inicio a la negociación de estos convenios se requiere previamente culminar el trámite de calificación, para lo cual le solicitamos la siguiente información (…)”.
El 2 de julio de 2008, José Coz, gerente de contratos de Perupetro, le indica a Rómulo León que Discover no cumplía con los requisitos exigidos por Ley: “Estimado Rómulo, hemos revisado la información y no vemos problema en la parte económica, pero en la parte técnica, se piden tres indicadores: Producción, Perforación de pozos y Registro de sísmica, de los cuales deben cumplir con por lo menos uno de ellos y lamentablemente no es así. Una salida es que se presenten asociados con una empresa que cumpla con los requisitos técnicos exigidos. Cualquier aclaración, por favor me la haces saber. Saludos. José Coz Calderón/ Gerente de Contratos PERUPETRO S.A.”
¿Cómo fue entonces que Discover llegó a postular y cómo fue que una empresa de la magnitud de Petroperú se asoció con ella? El señor Saba debería explicarlo. Sobre todo después que los audios más recientes advirtieron que el papel de “doble agente” de Alberto Químper, como director de la empresa asignadora de contratos y lotes, y como “gestor de intereses” de la empresa que aspiraba a suscribir contratos y recibir lotes de gran magnitud.
Raúl Wiener
Unidad de Investigación
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario