Después de más de 25 años de ocurrida la matanza de Accomarca y de avanzar a contracorriente de los que buscan ocultar la verdad y evitar el imperio de la justicia, la Sala competente ha decidido convocar como testigo al presidente García. No pocos piensan que el presidente García ha estado involucrado, aunque sea indirectamente, en este crimen de lesa humanidad. Nada más falso; justamente es en el caso de Accomarca donde García, apenas instalado en su primer gobierno, tuvo un desempeño auténticamente democrático, firme defensor de la legalidad en la lucha contrasubversiva y dispuesto a sancionar a la jerarquía militar acostumbrada a encubrir atroces violaciones de los derechos humanos. Aunque poco le duró este aliento renovador; los casos del Frontón, Cayara, los Molinos, etc, mostraron ya a un García domesticado y al servicio de la guerra sucia. Por eso mismo vale la pena resaltar su actuación ante lo ocurrido en Accomarca e imaginarnos el diferente curso que hubiera tomado la guerra interna, los miles y miles de víctimas que se hubieran salvado, el fortalecimiento de la moral de nuestras FFAA y lo innecesario que hubiera sido la alternativa del fujimontesinismo que contó con el apoyo de los corruptos altos mandos castrenses de entonces. También por eso vale la pena recordar lo sucedido.
El 14 de agosto de 1985, en la localidad de Accomarca- en la provincia ayacuchana de Vilcashuamán- después de ser sacados de sus casas por una patrulla militar fueron asesinados 46 adultos y 23 niños, sus cadáveres amontonados en dos chozas a las que se les prendió fuego con el objetivo de ocultar la masacre. La decisión presidencial fue tajante y precisa. Fueron revelados de sus puestos el general Sinesio Jarama, jefe de la poderosa Zona de seguridad Nacional del Centro del país, y el general Wilfredo Mori, jefe del Comando Político Militar de Ayacucho. Fue un verdadero terremoto al interior de las FFAA, particularmente en el Ejército. En los cuarteles se empezó a hablar de “huelga de brazos caídos”, en muchas bases contrasubversivas de Ayacucho dejaron de salir la patrullas aduciendo falta de respaldo del Jefe Supremo de las FFAA a las operaciones contrasubversivas. Varios altos militares en el retiro, abiertamente criticaron las drásticas decisiones presidenciales y no faltaron quienes se solidarizaron con el Tnte. EP Telmo Hurtado, jefe de la patrulla, responsable del asesinato en masa de la población de Accomarca.
Después de la matanza de los penales, en junio de 1986 y cuando García quedó ya comprometido, todo cambió y volvió a la normalidad. La guerra sucia continuó. Increíblemente Telmo Hurtado se quedó en el Ejército y llegó a ascender hasta el grado de Mayor, con la complicidad de los altos mandos. Cuando la justicia lo requirió, fugó a EEUU, donde se encuentra detenido y próximo a ser repatriado. ¡Un cuarto de siglo después de la masacre!
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