AGRICULTURA VS. MINERÍA
Por : Gustavo Robles Fernández
garf1962@hotmail.com
Inicio este escrito recordando, que en la zona sur del país, se dio el más grande deterioro de nuestros recursos y éste fue ocasionado por el vertimiento directo y continuo de los relaves procedentes de las minas de Toquepala y Cuajone, en las Playas de Ite, sin ningún tipo de tratamiento.
La descarga de relaves causó severos cambios de las características geomorfológicos de la costa, afectando al ecosistema marino, ante la fuerte carga de metales pesados que se convirtieron en elementos potenciales de contaminación, acumulándose en las branquias, y estómagos de peces, moluscos y crustáceos, generándoles la muerte; afectando, asimismo, los humos de la minería, a nuestros hermosos paisajes naturales de nuestras lomas.
La calidad del Río Tambo, también, se ha visto seriamente afectada, ya que el Río Vizcachas aportaba aguas de buena calidad necesarios para neutralizar el exceso de boro y arsénico, presentes en otros afluentes. Al efectuarse el represamiento de las aguas del Río Vizcachas, han ocasionado una serie de problemas, entre ellos, el riesgo del consumo humano; el deterioro de los suelos del valle; el incremento de los costos de operación del sistema de riego; el retraso de las cosechas y el mayor requerimiento de agua para el correcto balance hídrico de las plantas.
Es prioritario señores autoridades y representantes de la sociedad civil, que a mediano y largo plazo, el mayor desafío al cual tenemos que dar nuestros mayores esfuerzos, es a las principales actividades económicas de la Provincia de Islay, buscando siempre un manejo responsable de nuestros recursos naturales, el cual compromete a cumplir con la sostenibilidad de las actividades económicas y las condiciones de vida de los pobladores, que como sabemos directa o indirectamente dependen de estos recursos. En este sentido, aplicando un Manejo Ecosistémico, se podrá determinar un balance apropiado entre la conservación y el uso de la diversidad biológica, en áreas en donde hay múltiples usuarios de los recursos y valores naturales importantes.
Como resultado de muchos talleres en las cuales he participado activamente, se ha encontrado que los ejes fundamentales para generar el desarrollo de la Provincia de Islay son: la pesquería, la agricultura, el turismo y la infraestructura y servicios viales, portuarios e industriales que ofrece. En esta oportunidad, abordaré la importancia que tiene la actividad agropecuaria en nuestra Provincia de Islay, el cual se realiza gracias a la explotación del único río que la atraviesa, como es el Río Tambo.
La Provincia cuenta con una superficie agrícola de casi 12,000 hectáreas cultivables, es una zona apta para la producción de una gran diversidad de productos agrícolas y ganaderos, de buenos suelos (salvo algunas limitaciones por la salinidad), que producen prácticamente todo el año, con agua disponible, aún cuando con algunas limitaciones en cantidad y calidad, especialmente en los tres últimos meses del año.
Los cultivos más importantes son: caña de azúcar, arroz, papa, ajo, olivo, camote, zapallo, espárrago, ají páprika, cebolla y una diversidad de productos hortícolas entre ellos col, coliflor, beterraga, tomate, entre otros. Lo que destaca en la estructura productiva del valle de Tambo, es su gran diversidad, por lo tanto, su capacidad de abastecer con una diversidad de productos agrícolas, casi en cualquier época del año. Así mismo, las crianzas más importantes son: ganado vacuno, porcino, ovino, aves y caprinos y la presencia de algunas crianzas de animales menores.
Es importante anotar, que si bien es cierto, que para algunos cultivos y crianzas se han alcanzado importantes niveles de productividad, todavía en la mayoría de cultivos, es posible mejorar significativamente, los niveles de productividad. Hay mucho por trabajar en cuanto a la calidad de los productos, más aún si se trata de abastecer mercados más exigentes, que los que tradicionalmente se han atendido.
En el Perú, el crecimiento del sector agrícola en el año 2006 fue de 8,4 %, y en el 2008 del 7,4%. El sector agrario en el Perú seguirá creciendo, habrá nuevas inversiones y obtendrá muchos créditos, abastecerá de alimentos al mercado interno y externo con productos de óptima calidad, dará trabajo a mucha gente, pero tendrá también algunos inconvenientes como la escasez de agua, el cambio climático, las semillas transgénicas, los biocombustibles, el crecimiento de la población, entre otros. (Diario el pueblo, Agosto 2009).
Si a nuestra agricultura le damos su valor agregado, si logramos promover la Agroindustria, el cual se define, como un sistema dinámico que implica la combinación de dos procesos productivos, el agrícola y el industrial, para transformar de manera rentable los productos provenientes del campo, sería formidable, ya que a través de la agroindustria tendremos la capacidad de reducir las pérdidas post-cosecha y aumentar la conservación de los productos; se podrá reducir la estacionalidad de la oferta; y se podrá también, elevar el valor agregado, permitiendo ampliar la oferta de productos con mejores características nutritivas y organolépticas.
Un ejemplo de la agroindustria en nuestra Provincia de Islay el cual deberá ser mas moderna y competitiva, es la caña de azúcar (Saccharum officinarum), es la materia prima de la agroindustria azucarera y ésta es una actividad de alto impacto social por su producción, por el empleo que crea en el campo y porque el azúcar está enraizada profundamente en la economía y la cultura de nuestra Provincia de Islay, y, es un producto básico en la dieta del peruano.
Así mismo los coproductos y subproductos de la agroindustria azucarera (sacarosa, melazas, bagazo, cachazas y vinazas) podrán servir, como insumo para las industrias que fabrican refrescos y bebidas, jugos, néctares, galletera, repostería, licores, papel y cartón, alimentos pecuarios y farmacéutica entre otros usos, así estaremos contribuyendo al desarrollo industrial de nuestra Provincia y de nuestro País.
Señores Autoridades y representantes de la Sociedad Civil, cierren por un momento los ojos e imagínense, si logramos juntos, reconvertir la agroindustria azucarera, lechera, arrocera, la agroindustria de la papa, de los espárragos, de los ajíes y pimentones, de las hortalizas y de las hierbas aromáticas, así fortaleceríamos nuestra agricultura, con mayor número de empleos, y teniendo buenas perspectivas agroindustriales y agroexportadoras, ya que desde el punto de vista sanitario, el Valle de Tambo, es uno de los pocos valles en el país, donde no se encuentran enfermedades bacterianas y virósicas, que harían prácticamente imposible la exportación. Esta es una ventaja puesto que los productos se embarcarían con una calidad sanitaria garantizada y de primera, asimismo, su vocación productiva diversificada y para producir prácticamente todo el año, productos que tienen demanda en el mercado internacional como: ajo, cebolla, ají páprika, aceitunas y hasta la papa; agregando además, su cercanía al Puerto de Matarani, a las perspectivas agroindustriales, y por último, la presencia de CETICOS, con un área total de 354.48 hectáreas, de liberalización de impuestos para la exportación de variedad de productos. Sin embargo, actualmente sólo utilizan 14.93 hectáreas, y están exonerados de todo impuesto.
Economistas argentinos, sostienen que para que la Argentina siga creciendo por encima del 7 % anual, en los próximos ocho años la clave es un fuerte impulso a la agroindustria, favorecida por el crecimiento asiático, el interés mundial por los biocombustibles y la baja de los subsidios (2005).
Mientras que la Minería, es una bendición para sus propietarios y una maldición para las comunidades locales, porque en términos de sustentabilidad de desarrollo, ésta compromete seriamente a las poblaciones actuales y el de las futuras generaciones no sólo a la salud humana sino también a la biodiversidad.
La actividad minera, como la mayor parte de las actividades que el hombre realiza para su subsistencia, crea alteraciones en el medio natural, desde las más imperceptibles hasta las que representan claros impactos sobre el medio en que se desarrollan.
Por otro lado, se entregan las concesiones mineras en el país, y la gente del lugar se entera, cuando se está próximo a iniciarse la fase de explotación de los recursos mineros. Considero que las comunidades, deben enterarse por su Estado, de que se han entregado concesiones sobre el subsuelo de las tierras en donde viven, así, se estaría previniendo, posibles conflictos sociales.
Sumado a ello, pregunto ¿se puede confiar en un Estudio de Impacto Ambiental (EIA), presentado por la misma empresa? Lamentablemente, así es la ley. Lo lógico sería, que al darse una concesión minera, el Estado financie de manera parcial, y que a su vez, debería ser aprobado por una instancia neutral, distinta al Ministerio de Energía y Minas y del reciente Ministerio del Ambiente, que a la fecha no entiendo qué funciones cumple, por ejemplo, en las explotaciones mineras y su impacto en el medio ambiente.
Las empresas modernas, no desean una evaluación parcializada de su actividad ambiental, sino, que la entidad técnica más independiente la realice, para demostrar que está actuando con limpieza. De esta manera, las audiencias para aprobar los EIA, se transformarán en mesas técnicas, donde los especialistas, autoridades locales y sociedad civil, debaten a profundidad todos los temas ambientales.
Finalmente, invoco para que el Gobierno Central, Regional y Local, asuman sus responsabilidades y hagan cumplir las leyes, en acciones que posibiliten incrementar el agua, que se utiliza para el consumo humano, para la agricultura, industria y pesca, ya sea construyendo reservorios; mejorando sistemas de riego; habilitando tomas de agua, canales; impulsando el desarrollo industrial basado en sus potencialidades agrícolas y pesqueras; ampliando y mejorando el sistema de abastecimiento de agua potable; orientando e impulsando la actividad agrícola hacia productos de alta rentabilidad, en el mercado interno y externo; promoviendo y fomentando la agroindustria y agro exportación de productos como ajo, alcachofa, cebolla, ají páprika, aceitunas; estos compromisos de nuestros gobernantes, entre otros, permitirá contribuir con el mejoramiento de la calidad de vida de la población, y no permitiendo que a cambio del desastre de nuestros ecosistemas, se esté aceptando miserias a cambio del deterioro eco sistémico, ya basta de mesas de diálogo, como lo sucedido con las turbinas nuestras, que ahora operan y generan altas rentabilidades para otra región.
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