Pobladores son requeridos para procesar cochinilla de exportación. Alta productividad demanda que se contrate mano de obra de otras zonas
Por C
Cuando el presidente del Gobierno Regional de Arequipa, Juan Manuel Guillén Benavides, señaló hace unos días que un distrito arequipeño registraba escasos niveles de desempleo, pocos le creyeron. Sin embargo, al visitar La Joya, ubicada a 52 kilómetros de la Ciudad Blanca, se confirma que, efectivamente, ese distrito tiene cerca del 95% de su población económicamente activa empleada en la producción y exportación de cochinilla.
De este diminuto insecto, que se aloja en las pencas de la tuna, se extrae el ácido carmínico, una sustancia que se usa para producir colorantes necesarios en la industria láctea y para elaborar cosméticos.
Según cifras de Prómpex, el Perú produce un 85% de la demanda mundial de cochinilla, es decir, cerca de 2.000 toneladas anuales. De estas, 900 son producidas solo en el distrito de La Joya, lo que equivale al 45% de la producción nacional.
Solo hasta marzo de este año, La Joya exportó 19 toneladas de carmín de cochinilla por un monto total de US$1'209.978, además de un total de cochinilla sin procesar por 397.044 dólares. Los destinos de esta producción incluyen 18 países, de los que destacan Chile, Argentina, México, Alemania, Francia y Estados Unidos.
Si se tiene en cuenta que la producción de cochinilla procesada en el país pasó del 20% en el 2000 a 80% en el 2006 se entiende entonces la alta generación de puestos de trabajo en el distrito arequipeño.
UNA JOYA MUY VALIOSA
Como si fuera un oasis, La Joya se alza en medio de un desierto ubicado entre la Cordillera de los Andes y el litoral sur, a 1.620 metros sobre el nivel del mar, y tiene una población, según el censo del año 2005, de 22.513 habitantes.
El valle que lo alberga, irrigado por el río Chili, cuenta con 3.000 hectáreas de tierra dedicadas casi exclusivamente al cultivo de la tuna, fruta donde se alberga la cochinilla.
Según Guillén, la exportación de cochinilla genera entre tres y cuatro puestos de trabajo por hectárea. A ello se suman otros tantos que realizan trabajos terciarios. Se estima, incluso, que La Joya habría superado la oferta de mano de obra, lo que obliga a los productores a trasladar diariamente desde Arequipa a más de un millar de jornaleros.
El vicepresidente regional de Arequipa, Carlos Leyton Muñoz, aclara que la abundancia de empleo en La Joya se produce estacionalmente en períodos que abarcan entre seis y nueve meses. Para que los períodos de recojo de cochinilla se amplíen, las autoridades ya están trabajando con los agricultores de la zona en mejorar la producción
Ello podrá lograrse, por ejemplo, con una adecuada tecnificación de los sistemas de riego que permitirá ahorrar el 30% del agua que actualmente se consume, la cual podría ser utilizada en un futuro cercano en la incorporación de nuevas tierras a la producción de más cochinilla.
César Oporto, presidente de la Junta de Usuarios de Riego de La Joya, estima que otras 3.000 hectáreas podrían ser incorporadas a corto plazo en la producción de cochinilla.
Durante los meses que no trabajan con la cochinilla, los pobladores de La Joya siembran uva, que se ha previsto rendirá frutos en tres o cuatro años aproximadamente. Con ello quieren asegurar la racha generadora de trabajo y de progreso en su distrito.
EN PUNTOS
Un insecto de alta productividad
-Según César Oporto, La Joya ha logrado una productividad de 300 kilos de cochinilla por hectárea.
-Para iniciar el procesamiento de cochinilla se colocan las tunas a la intemperie y así se secan al sol. Aunque el proceso es sencillo, en La Joya ya existen plantas industriales que se encargan de realizar esta tarea.
-Cada vez son más las zonas sembradas de tunas en Arequipa, como el distrito de Characato.
-La cochinilla hembra es la materia prima en la fabricación del colorante rojo natural llamado carmín de cochinilla. Llega a medir hasta seis milímetros y se estima que su ciclo de vida es de 128 días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario